ESTADOS UNIDOS:
ACADÉMICOS DE AMBOS PAISES
BUSCAN ESPACIOS DE ENTENDIMIENTO Y COOPERACIÓN
Por Prof. Enrique López Oliva
Secretario del Capítulo cubano de la
Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en Latinoamérica
(CEHILA-Cuba).-
LA HABANA.- En una sala que resultó pequeña, varias decenas no pudieron entrar por falta de espacio, del céntrico Pabellón Cuba, una amplia y selecta concurrencia –--en que figuraban académicos de Cuba y los Estados Unidos, antiguos diplomáticos cubanos, veteranos líderes sindicales, profesores universitarios, intelectuales independientes, periodistas nacionales y extranjeros, poetas laureados, y significativamente entre el público varios funcionarios de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, encabezados por su Secretaria de Prensa y Cultura, Gloria F. Berbena--- asistió a la presentación del más reciente número de la revista “Temas”, dedicado a las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
El director de la revista, el politólogo cubano Rafael Hernández, quien rompiendo con una tradición personal publica en dicho número un trabajo de su autoría titulado “Enemigos íntimos. Paradojas en el conflicto Estados Unidos-Cuba”, admitió: “siempre nos ha parecido ligeramente obscena la idea de hacer la presentación en agosto, porque agosto es un mes para estar protegido del Sol y coger fresco en alguna parte”, pero aclaró que este mes está cargado de significación para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, haciendo seguidamente un breve recuento de fechas significativas al respecto.
Concluyendo su recuento recordando que “en el dos mil siete, hace tres años, el 25 de agosto, el senador (Barack) Obama en un discurso en la Ciudad de Miami, declaró que favorecería si es elegido (presidente) las visitas libres y las remesas de los cubano-americanos para facilitar cambios en Cuba”. Añadió: “hace 112 años, el doce de agosto de 1898, España y los Estados Unidos, firmaron un armisticio para terminar lo que se llamó, y se llama todavía en los libros de Historia en los Estados Unidos, la Guerra Hispano-norteamericana, que duró tres meses y medio”.
El número 62-63 de abril-septiembre de la revista reproduce ensayos discutidos en un Taller de autores, convocado por la publicación, y efectuado en febrero de este año, con estudiosos de Estados Unidos, Europa, Canadá y Cuba, agrupados, explicó el propio Hernández, en torno a un mismo tópico. Aclaró Hernández que el lector notará que “no coinciden en algunos juicios”. “Esta no es una incongruencia fortuita”, precisó, “sino parte esencial de una propuesta analítica que puede contribuir al debate en torno a un conflicto que nos acompaña”.
El director de “Temas” agradeció especialmente al Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard y la Fundación Christopher Reynolds, de Estados Unidos, que financiaron la impresión de este número de la revista, que consta de 232 páginas, en las que aparecen trece ensayos en la sección dedicada a las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Destacó como una “suerte” que la presentación estuviera a cargo de dos intelectuales en condiciones de ofrecer “una perspectiva especialmente interesente sobre esta problemática tan compleja y atractiva, tan significativa para todos nosotros”. Los presentadores fueron el estadounidense Peter Kornblush, investigador del Archivo sobre Seguridad Nacional, con sede en Washington, DC., cuya misión fundamental es lograr la desclasificación de documentos secretos relacionados con el tema de la seguridad nacional, y el cubano-americano Mariano Díaz Miranda, profesor de Historia en la Universidad de Tejas, en Austin, director del Centro de Estudios Latinoamericanos y mexicanos de Austin Comunity College, y jefe del Departamento de Estudios Mexicanos.
El primero en hablar fue Peter Kornblush, del que en este numero de “Temas” se reproduce un trabajo sobre “El terrorismo y el acuerdo anti-secuestros en las relaciones de Cuba con los Estados Unidos”. Kornblush acaba de publicar en Estados Unidos un libro titulado “Hablando con Fidel”, sobre la historia de tópicos secretos entre Cuba y los Estados Unidos.
Aclaró al respecto Hernández que “aquellos que leen sobre este tema saben (…) no es posible tener de la historia una visión completa sin tener el acceso a esta documentación. Y muchas veces lo que pensamos que es la historia se convierte en algo muy diferente una vez que tenemos acceso a documentos desclasificados. La historia no se hace solamente con los discursos, sino se hace precisamente cuando se puede acceder a esta documentación y a estos testimonios”.
Kornbluh citó varios documentos secretos desclasificados sobre las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, e inició su intervención contando una anécdota sobre el puerco espín, que dijo el conoció a través de documentos desclasificados y tiene que ver con las primeras charlas de un representante norteamericano con Fidel Castro en 1963. El representante norteamericano era el abogado James Donovan, designado para negociar la liberación de los exiliados cubanos apresados tras el ataque por Playa Girón; después de tener éxito con esto, inició conversaciones con Fidel Castro sobre la libertad de un grupo de 23 norteamericanos encarcelados en Cuba. “Tres de ellos, dijo Kornblush, eran miembros de la CIA, pero no estaba claro si los cubanos conocían cuales de los tres eran…”.
Añadió que en medio de estas negociaciones “Fidel tenía una idea, que los cubanos han usado desde entonces en el diálogo con los Estados Unidos: usar como base una negociación de libertad de prisioneros para tratar otros asuntos, llegando el momento de hablar sobre temas más amplios, relaciones mejores entre los Estados Unidos y Cuba”. En el transcurso de las conversaciones, contó el presentador, Fidel Castro dijo a Donovan: “mira, estamos con gran éxito, yo tengo confianza en usted. Ahora, después de semanas de hablar, quiero preguntar cómo podemos utilizar esta base, cómo podemos hablar sobre mejores relaciones. De hecho quiero saber Sr. Donovan, cómo podemos llegar Cuba y los Estados Unidos, a un proceso de mejorar relaciones.”
Y Donovan interrogó a Fidel: “Sr. premier, ¿usted conoce cómo los puercos espín hacen el amor? Y Fidel consultó con René Vallejo, que era el traductor en ese momento, ‘¿puerco espín y el amor?’ No, no sé’”. “Con mucho cuidado”, le descubrió Donovan. “Esta es la manera en que Estados Unidos y Cuba van a hacer un proceso de mejorar, normalizar relaciones”.
“Estamos 47 años después. Esto es mucho cuidado”, precisó el presentador estadounidense. “Estamos todavía con esta conversación, con mucho cuidado y cautela, de mi país (Estados Unidos) de andar hasta un punto de poder cambiar realmente la política y llegar a una coexistencia entre Cuba y los Estados Unidos”.
Kornbluh sostuvo que el propósito de varias administraciones estadounidenses de tratar de utilizar el mejoramiento de las relaciones con Cuba, a cambio de una transformación del sistema cubano, “ha fallado en sus objetivos”. “Es importante que la administración de Obama tiene que adoptar la posición de Henry Kissinguer (antiguo Secretario de Estado), quien en una reunión secreta con su gente, les dijo a las personas que iban a negociar: ‘es mejor hablar directamente con Castro. Hacerlo con habilidad’”, cita leída por Kornbluh de un documento desclasificado.
El siguiente presentador, el académico Mariano Díaz Miranda, quien emigró en 1957 para reunirse con su padre zapatero en Nueva York y que regresó brevemente a Cuba en 1959 para retornar a Estados Unidos, volviendo a la Isla con la Brigada “Antonio Maceo”, en 1978, para “iniciar lo que se llamó el diálogo con la emigración”, se disculpó por no estar preparado para una intervención, pues había llegado el domingo anterior con su esposa, con quien viajó a Cuba en 1978, y su hija Angélica que no conocía Cuba.
La revista reproduce un panel sobre El diálogo con la emigración 1978-79: una revisión”, realizado en un Ultimo Jueves de Temas, el 26 de noviembre del 2009.
Para Miranda el diferendo entre Cuba y los Estados Unidos “es una cosa familiar”. Cuba fue “la siempre fiel isla de los españoles, y luego de los Estados Unidos”. En Estados Unidos se consideraba a Cuba como parte de su confederación, “pero Cuba tuvo el descaro, como se suele decir, de ser el primer país socialista en las Américas, y eso era como dar un puñetazo al padre, una cosa salvaje. Y todavía se atreve a hacer demandas y pretender. Y no importa quien sea presidente de los Estados Unidos, opino Miranda, siempre va a estar ese peso, porque se ve a Cuba como el hijo pródigo (de la Biblia) que se va. Y se piensa que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba no se resolverán hasta que el hijo retorne pidiendo perdón. Una cosa que no va a suceder”.
Añadió que los hijos de muchos cubanos que viven en Estados Unidos quieren saber lo que está pasando en la Isla. Recordó que en 1978, tras su regreso Estados Unidos, fue amenazado por otros cubanos haber visitado su país. Según este cubano-americano, muchos cubanos que residen en Estados pueden presionar al gobierno estadounidense para que comiencen a abrirse las relaciones entre ambos países.
La última edición de “Temas” incluye entre sus títulos: “Reconfiguración de las relaciones de los Estados Unidos y Cuba”, del profesor cubano-americano Jorge Domínguez; “Cuba y los Estados Unidos en las esferas de la defensa y la seguridad”, de Hal Klepak, de Royal Military College of Canadá; “La seguridad nacional de Cuba frente a los Estados Unidos: conflicto y ¿cooperación?”, del cubano Carlos Alzogaray, del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre los Estados Unidos, de la Universidad de La Habana; “La política de la Unión Europea en el triangulo Cuba-Estados Unidos-España”, de Susanne Gratius, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y Diálogo Exterior (FRIDE), de Madrid.
Además: “La Unión Europea y su papel en las relaciones Estados Unidos-Cuba”, de Eduardo Perera Gómez, del Centro de Estudios Europeos de Cuba; “Estados Unidos-Cuba: potenciales implicaciones económicas de la normalización”, de Archibald R. M. Ritter, Universidad de Carlton, Ottawa (Canadá); “Las relaciones económicas Estados Unidos-Cuba. La normalización pendiente”, de Jorge Mario Sánchez, del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre los Estados Unidos, de la Universidad de la Habana; “Cuba, su emigración y las relaciones con los Estados Unidos”, de Lorena G. Barbería, Universidad de Harvard; “Los Estados Unidos-Cuba: emigración y relaciones bilaterales”, de Antonio Aja Díaz, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de la Habana.
Otros dos trabajos son: “Corrientes académicas y culturales Cuba-Estados Unidos: temas y actores”, de Sheryl Lutjens, de la Universidad del Estado de California; y “La diplomacia académica: los intercambios entre Cuba y los Estados Unidos”, de Milagros Martínez Reinosa, de la Universidad de la Habana.
El profesor Jorge I. Domínguez concluye en su trabajo: “Actualmente, los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos pueden comenzar de nuevo a pensar de nuevo y en gran escala o, como han hecho en repetidas ocasiones, desperdiciar otra nueva oportunidad para reconfigurar sus relaciones (…) El futuro pude ser mejor si los ciudadanos y los funcionarios públicos de ambos países se arriesgan y sientan las bases para compartir el éxito”.
Para el canadiense Hal Klepak: “Con los Estados Unidos y Cuba de acuerdo en muchos asuntos de seguridad y defensa, sobre todo aquellos relativos a la migración ilegal y el narcotráfico, pero también de cierto modo al terrorismo, los desastres naturales y algunos otros temas, se ha desarrollado un conjunto de acuerdos informales, que sirven a los intereses de ambos países y no provocan reacción publica negativa”.
El también canadiense Archibald R. M. Ritter considera que “la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba ---definida como cese del embargo, el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la autorización de flujos financieros, inversión extrajera y libre movimientos de personas--- generará en ambos países importantes beneficios netos, que serían incluso mayores si estuviese acompañada de reformas económicas en la Isla”.
Rafael Hernández concluye en su ensayo, que “un dique de contención ante posibles contingencias adversas y amenazas imprevisibles podría ser, precisamente, la multiplicación de nexos”.
El número 62-63 de “Temas” incorpora trabajos sobre otras temáticas, e incluye la conferencia del doctor Javier Garciadiego, del Colegio de México, presentador del anterior volumen de la revista que fuera dedicado al Centenario de la Revolución Mexicana, donde analizó entre otros trabajos de cubanos el del autor de estas líneas sobre “La Iglesia Católica y la Revolución Mexicana”, considerándolo “mucho más ambicioso que lo que su título dice”.
Algunos asistentes a la presentación del último número de “Temas” quedaron sin poderlo adquirir, pues los ejemplares ofertados estuvieron por debajo de la demanda. Se espera una próxima edición en inglés, como libro, que deberá aparecer en Estados Unidos, reuniendo los trabajos referentes al tópico de las relaciones Cuba y Estados Unidos.
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