lunes, 12 de abril de 2010

ALGO PARA PENSAR

He pensado durante buen tiempo que un fantasma es,siguiendo su etimologia,una situación onírica, diabólica y engañosa que perturba el juicio de los malos.Si el fantasma es real, que se palpa o que se supone es visible, es algo que no permite descuido.Visto así el debate,presente éste en el pueblo,el obrero, el empleado,por informaciones,breves,y a veces,desde la prensa oficial,y en ocaciones por el internet o intranet,cosa no de amplia difusión dado las limitaciones del pais,demanda entonces,que se atienda con urgencia tal fantasma hecho presente en la sociedad.
Es cierto que un verdadero disidente,es un renovador, no un opositor.el primero,disiente desde la fe comun y el segundo,trata de destruir el cuerpo social,economico y politico de la nación.
Por lo general ese disdente es un ente interior que nace desde el mismo corazón del problema.El opositor, se implanta desde afuera.
El diablo,como opositor fue arrojado del cielo y este satanas,el engañador es aliado de la mentira y no de la verdad,mucho menos de la justicia.Llevado esto al plano puramente humano, nos sirve para comprender como actuan las fuerzas que tratan de subvertir el orden y la paz social.

Si el debate es puramente la necesidad de encontrar soluciones economicas,entonces dejaria de ser verdad que el ser humano es evidentemente un ser politicon por exelencia.La economia y la politica estan tan unidas como el alma y el espiritu.
Una no puede existir sin la otra.
Para que el cambio economico se dé tiene que darse tambien un movimiento en el tablero del juego político.
La columna vertebral de un pais es su concepto de soberania nacional.Si ésta se sabe mantener diáfana y pura, entonces todo cambio es suceptible de realización para la búsqueda del disfrute de su ciudadanos.
La extrema precaución para dar el cambio,puede confundirse con el temor a darlo.Y esto muestra un carácter pusilámine y poca enjundia política para no dejar pasar el tiempo oportuno que las situciones demandan en tiempo de crisis.
Si el asunto, está en parte en el repartimento de las tierras ociosas,o en buscar los medios de alcanzar mayor satizfación social,hágase en tiempo y forma,porque los pueblos, en quien radica la soberania y todos los poderes,no renuncian nunca a su sagrado derecho de pedir cuentas a quienes eligieron para regir sus destinos.
El momento de los hornos.De las grandes decisiones oportunas y pertinentes, está demandando una accíón consecuente antes que en el vaso resquebrajado se no escape el agua de las soluciones requeridas.

Rev Leonides Penton Amador

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