Venezuela: Servicios sociales, petróleo y desarrollo
Hedelberto López Blanch
Rebelión
26 04 2010
El incremento de los programas sociales toma cada día más fuerza y se garantiza con mayor ímpetu en Venezuela debido a dos cuestiones fundamentales: la voluntad política del gobierno del presidente Hugo Chávez de llevarlos adelante y el aumento de los precios del petróleo que garantizan los presupuestos que se dedican a satisfacer las necesidades fundamentales de la población.
La República Bolivariana ha realizado enormes esfuerzos para ampliar los numerosos programas sociales puestos en marcha desde 1999, a pesar de la crisis económica internacional que en los últimos tres años ha afectado a las naciones del orbe y resintió los precios del petróleo, principal fuente de ingreso de Caracas.
Con los actuales repuntes en los precios del crudo que a mediados de abril se encontraban en un promedio de 80 dólares el barril, se garantizarán con mayores éxitos los programas sociales.
Caracas se ha convertido en los últimos 11 años en la avanzada de las naciones del mundo y en especial de América Latina en llevar adelante acciones que benefician a toda su población.
En poco más de una década ha sacado de la pobreza a millones de ciudadanos pues cuando Chávez llegó al poder, la cifra alcanzaba al 75 % de la población y hoy se cifra en 28 %, con varios programas para erradicarla totalmente en un futuro cercano.
Con ayuda del método cubano Yo Sí Puedo se logró alfabetizar a la totalidad de la población para que el país fuera declarado libre de ese flagelo, mientras otros programas impulsan gratuitamente las enseñanzas en el nivel medio y universitario.
Entre los más destacados se encuentra el de Barrio Adentro que a siete años de comenzado ha llevado la atención gratuita a los venezolanos y en ese lapso ha salvado a más de 1 500 000 vidas y ofrecido cerca de 300 millones de consultas.
Todos estos eventos son una clara expresión de la proyección del Gobierno de propiciar una mejor distribución de la enorme riqueza petrolera (quinto exportador mundial) para beneficio de todos los sectores del país.
Barrio Adentro comenzó con la instalación de consultorios en casas de vecinos y locales estatales en barrios populares (donde la población no tenía acceso a la salud) y se expandió después a centros de diagnósticos integrales, salas de rehabilitación y centros de alta tecnología para investigaciones médicas más complejas.
Durante el llamado período de apertura petrolera que tuvo su auge en 1990 gran parte de los recursos energéticos pasaron al control y administración de las compañías extranjeras las que sacaron del subsuelo miles de millones de barriles de crudo, y el enorme capital obtenido fue a parar a manos de ricos empresarios nacionales y extranjeros.
El desfalco de la principal riqueza venezolana fue increíble pues los convenios estipulaban regalías del 1 %, sin abonar impuestos. Las empresas extraían el crudo con un costo de producción entre 4 y 6 dólares y lo vendían al Estado venezolano a cerca de 25 dólares.
A partir de 1999, el gobierno inició un plan para la recuperación del crudo y en febrero de 2007 el presidente Chávez firmó la ley que completaba el proceso de nacionalización de ese recurso así como la creación de empresas mixtas para la explotación de la Faja del Orinoco, cuya participación mayoritaria (60 %) la tiene Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
La República Bolivariana tiene actualmente reservas probadas de crudo por 142 310 millones de barriles y con las retrospecciones que se realizan, las prevé elevar a 316 000 millones de barriles, de estos 235 000 millones en la Faja del Orinoco.
El ministro del ramo, Rafael Ramírez informó que en los próximos siete años, el país atraerá inversiones por más de 120 000 millones de dólares como parte de los trabajos conjuntos con otras naciones en la exploración y explotación de esa Franja, que ya clasifica como la reserva de crudo más grande del mundo.
Esa nación sudamericana con una producción de alrededor de tres millones de barriles diarios también ha desarrollado paralelamente otros sectores económicos para no solo depender de los ingresos del crudo.
De esa forma, se han creado o están en proceso de ejecución más de 200 fábricas entre las que se encuentran las de pastas alimenticias a base de arroz y de maíz, aglomerado de madera, artefactos de línea blanca, artículos de higiene del hogar, balanzas métricas, tractores, aviones, autobuses, botes, calzados, camiones, celulares, envases de vidrio, medicinas, motocicletas, motores diesel.
También se construyen industrias de motores para electrodomésticos, de piezas sanitarias, de plantas para asfalto, tubos plásticos, transmisores, televisores y videos, utensilios de cocinas, ensamblados de ascensores, tejidos de puntos, tarjeta impresa y productos troquelados, entre otras.
Basado en su riqueza petrolera, Venezuela acelera su desarrollo económico en todos los campos, eleva el nivel de educación de su pueblo y profundiza los programas sociales en aras del beneficio de la mayoría de su población que durante siglos estuvo olvidada, primero por la colonización española y después por el neocolonialismo estadounidense.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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