sábado, 5 de febrero de 2011

ASPIRAMOS A UN MUNDO MEJOR PARA EL DISFRUTE DE TODOS

Es muy triste ver como millones de personas son afectadas en el mundo de una manera indirecta o directa, al punto de que no son vidas las que viven sino una macabra mueca de la desesperanza, el infortunio y la cruel y terrible miseria que les golpea desde el momento mismo de nacer.Nuestros desacuerdos y nuestros desencuentros, y nuestras ambiciones y toda la maldad acumulada desde siglos no hacen sino traer mas dolor y desesperación a las masas indefensas, sobre las cuales edificamos toda nuetra arrogancia y deshumanización y, el pobre ya no aguanta, y la justicia reclama la acción salvadora que termine con tanta ignominia.

Este terrible vicio de las riquezas y la vanagloria de la vida, que no para mientes en el sufrimiento del que está debajo de una escala social que hemos impuesto a golpes de imposiciones a la sombra del poder, que nos ha servido para hacer que prevalezcan nuestros caprichos y nuestra soberbia,no pueden seguir siendo los parámetros sobre los cuales descancen las relaciones entres los seres humanos.

Ni las riquezas, ni las ideologías, ni los programas minimizadores de la dignidad del ser humano, pueden seguir teniendo la voz de mando sobre los pueblos.No se puede seguir viviendo de esperanzas mientras una minoria vive con los pies puestos sobre los hombros de los pobres de la tierra,y los ideólogos hacen campaña idealizadas del mejoramiento humano, ofreciendo una cena de discursos que enajenan y tupen los oidos en detrimento de estomágos vacios todo el tiempo.

No es cierto que un grupo humano esté elegido o determinado para ser sujetos de la história, como conductores infalibles del resto de la humanidad.Nadie tiene derecho a exigir sacrificios supremos sin que se garantice racionalmente y en tiempo adecuado la solución de los problemas a resolver y a vencer para que todos puedan vivir una vida decorosa en paz y bienestar tangible y cierta.

Los gobiernos,cualesquiera que estos sean, de signo político de cualquier matiz, existen sólo para guiar hacia la felciidad de sus ciudadanos, y cuando esas metas que pretender buscar no sean posibles de lograr,deben canalizar sus esfuerzos a los cambios sustanciales que le permitan vencer los obstáculos y en caso de no lograrlo, deben dejar de ser, para encontar otras formas que en cambio puedan lograr los fines que se busquen.

Es cierto que toda institución humana ha de luchar para lograr imponerse en el concurso de los pueblos, y que todo intento de encontar un lugar en el quehacer social, encontrará fuerzas poderosas que quieran imponer sus pretenciones hegemónicas para dominar y lograr ganancias de todo tipo.Pero a la sombra de estas luchas por la sobrevivencia,no puede crecer ni el cardo y ni la ortiga, ni nada que impida la libertad del individúo que es sagrada y no renunciable bajo ningún pretexto.

Quienes gobiernan son más responsables que los gobernados, los que ordenan; que los que obedecen,y los ideólogos que los discípulos.Desconocer estas verdades, nos conduce a la negligencia y faltas de responsabilidades antes las situaciones por nosotros mismos creadas.Es muy poco pagar los errores con explicaciones y promesas de no volver a caer en ellos.Los pueblos exigen más que eso.

Pensándolo bien, la vida es demasiada corta pero rinde más cuando ésta está marcada por la miseria que parece nunca tener fin.Esa "miseria crúel y despiadada, que se ríe, que se ríe"no puede ser a "la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos"

Una breve mirada a los acontecimientos mundiales nos dejan ver como las injusticias tienen sumido al ser humano en una condición de abandono total, y como las naciones poderosas ponen su impronta de poder sobre las más débiles,usándolas como fuentes de riquezas y puntos estratégicos para el logro de sus ambiones de riquezs, que hacen posible que unos pocos vivan sobre el dolor y miseria de los muchos.

Es necesario que pongámos todas estas cosas en perspectivas y en fiel y justo reclamo a una vida digna, en libertad y justicia,demos un paso al frente, por encima de consignas alienantes, para que por fin reine la concordia, y la fratenidad humana,con la ayuda de Dios y el concurso de todos los que hoy aspiramos a un mundo mejor para el disfrute de todos.

Rev Leonides Penton Amador

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