“la Batalla espiritual POR EL MILLÓN”
Desde el primer día he tenido mis temores respecto al millón de cubanos para Cristo. Sin embargo creo que Dios nos pidió que hiciéramos algo por la salvación de nuestra nación en este tiempo y como en la parábola de los talentos, no me gustaría quedar igual al tercer siervo: “Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: «Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo». (Mateo 25.24–25)
El miedo no inspira, ni nos motiva a tomar riesgos. El miedo paraliza. Cuando el temor se apodera de nuestros corazones las cosas a nuestro alrededor dejan de tener su correcta perspectiva y parecen obstáculos insuperables. Creemos que cualquier paso que tomamos va a terminar en el fracaso y acabamos por no hacer nada. Nos da miedo involucrarnos en un proyecto que fije una meta en un plazo determinado de tiempo, porque nos da la posibilidad de fracasar en su intento. Preferimos seguir jugando con la frase “Cuba Para Cristo”, que de hecho es una meta mucho más grande, pero que por su indefinición en el tiempo, nunca nos da posibilidad de fracaso o de medir nuestra incompetencia en la misión que Dios nos ha dado.
Lo único que verdaderamente nos motivó a trazarnos una meta tan grande y posible; de todos luchar por alcanzarla; es la seguridad de que somos amados por nuestro Padre celestial. Cuando nos movemos en Su amor, podemos asumir los riesgos de “ideas” que podrían fracasar, porque sabemos que no se está progresando por la calidad de nuestros logros. Avanzamos confiadamente en los proyectos que tenemos por delante, porque sabemos que Su amor nos guiará y sostendrá en los emprendimientos.
Si estamos conscientes que la meta propuesta agrada a Dios, glorifica Su nombre, es Su voluntad; ¡Cómo no sentirse, entonces, libre para avanzar confiado por el camino que se nos ha marcado!
Recuerden aquella historia: “Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés, y dijo:-Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo. Pero los que habían ido con él respondieron: -No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros! (Nm 13.30-31). Me gusta ser de los del bando de Caleb, de los que dijeron: ¡Si se puede!
“Una nueva Jornada de Oración”
Durante el 2008, miles de cubanos en Cuba y fuera de ella oraron a Dios por la salvación espiritual de la nación. La oración ha preparado el camino para lo que pretendemos lograr en este año, que ha sido declarado “Año de la Unidad en la Evangelización de Cuba” Creemos que nuestra patria puede ser transformada por la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Como el primer y segundo siervo de la parábola, queremos “invertir” todo lo que Dios nos ha dado para lograr el sueño de que Cuba sea para Cristo. No es mi sueño, no es tu sueño, no es el sueño de una convención, ES EL SUEÑO DE DIOS. “porque (Dios) no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan”. (2 P 3.9 NVI)
Porque sé que Dios desea la salvación de Cuba, con Su ayuda me comprometo a orar, en los próximos 50 días, por mi amada Patria. Esta campaña de oración no tiene como propósito hacer que Dios nos ayude, sino ponernos en línea con aquello que Dios esta por hacer.
“La oración es la invitación de Dios para que entremos a la sala de su trono y que así El pueda poner su agenda en nuestros corazones” Henry Blackaby.
¡Oremos 50 Días!
José Enrique Pérez
Coordinador de Oración Convención Bautista de Cuba Occidental.
Un día antes del inicio de la Campaña 2009. (11 Abril)
sábado, 11 de abril de 2009
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