Recibido de Enrique Lopez Oliva
(Abril 2009. No. 65)
Nota de prensa:
Acaba de celebrarse en Trinidad y Tobago, la V Cumbre de las Américas, en la cual se reunieron los Jefes de Estado y de Gobierno de la casi totalidad de los países del continente, con la única ausencia de Cuba.
Esta Cumbre marcó una diferencia sustancial en relación con las cuatro anteriores, pues fue el resultado de un nuevo contexto continental, signado por un conjunto amplio de gobiernos con una profunda preocupación por lo social, tanto en el ámbito de sus naciones como del mundo global. Igualmente selló el evento el protagonismo de Barack Obama, presidente de Estados Unidos (país más poderoso del hemisferio), quien hizo gala de un espíritu de entendimiento y cooperación para con sus vecinos Latinoamericanos.
El clima del encuentro, que en todo momento intentó colocar la comprensión por encima de las diferencias y las tensiones, parece indicar un nuevo momento histórico -al menos en el hemisferio americano-, alejado de las contradicciones entre bloques ideológicos o entre el norte y el sur, que han marcado el acontecer planetario hasta casi convertirlo en un mundo egoísta, inseguro y enfrentado.
No estuvo ausente el tema de nuestro país, todo lo contrario -como era de esperar si en realidad se proponían la concordia y el progreso comunitario-. Todos los dignatarios le pidieron al inquilino de la Casa Blanca el cese de las hostilidades con Cuba y el levantamiento del embargo a la Isla, así como el inicio de un proceso de acercamiento y colaboración entre las dos naciones.
La respuesta del presidente Obama, quien poco antes del inicio de la Cumbre derogó las restricciones para que los cubanos radicados en su país puedan viajar a Cuba y enviar remesas a sus familiares, fue en esencia positiva. Algunos podrán tener discrepancias de fondo o de metodología con algún que otro de sus planteamiento acerca de las condiciones para el entendimiento entre los dos gobiernos, pero lo que nadie puede negar es el animo constructivo de sus declaraciones al afirmar que está dispuesto a conversar directamente con Cuba.
La dirección de Espacio Laical quiere ver en todo esto una señal de esperanza, tanto para las Américas como para Cuba, porción importante de este continente. Los signos de este tiempo parecen comenzar a encauzar el quehacer político hemisférico por senderos de solidaridad. Quizá sea posible y necesario que todos comencemos a desactivar los campamentos que marcan nuestras conductas y construyamos juntos una nueva ciudad, erigida sobre los pilares del respeto, la armonía y el progreso compartido.
La revista Espacio Laical puede ser vista en www.espaciolaical.net,
y adquirida en la Casa Laical, sita en Teniente Rey #152 (tercer piso)
e/ Bernaza y Villegas, La Habana Vieja.
CRÉDITOS:
Equipo de redacción: José Ramón Pérez, Roberto Veiga, Lenier González y Alexis Pestano
viernes, 24 de abril de 2009
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