miércoles, 20 de mayo de 2009

CUBA LLANTO DEL TAMBOR

CUBA: LLANTO DEL TAMBOR,

DUELO EN LA CULTURA

Por: Maria I. Faguaga I.
Antropologa e Historiadora
Directora del Programa de Dialogo Inter-cultural e Inter-religioso de CEHILA - Cuba

Enviado por Enrique Lopez Oliva

La Habana.- Cuando en la tarde de este miercoles, 20 de mayo, sea enterrado Ricardo Abreu, "Papin", y se le obsequie el adios definitivo, el llanto del tambor y el sentimiento en el decir afrocubano acudiran en auxilio, en sosten de quienes hoy, en medio del duelo, saben de la entrada del hijo de Marianao en una nueva dimension, en ese otro estadio del ciclo vital considerado por las afrorreligiones que, en su caso, sera mas hondo y perenne, porque ya incerto en la historia de la cultura cubana, inicia el transito hacia la leyenda o el pataki imprescindible, dedicado a quienes siempre nos acompanan y protegen.

A los 75 anos, tras mas de 50 anos de prolifera carrera profesional, y de toda una vida de entrega a la percusion, fallecio el mayor de los Papines. Maestro en un arte que solo muy recientemente se ensena en la academia, el lo aprehendio y comenzo a cultivar en las pobres calles del popular barrio de Marianao, cuna de otros notables artistas, de tan disimiles expresiones pero todos igualmente orgullosos de sus origenes, como el joven pintor Roberto Diago.

En gesto inusual, el velorio de Abreu ha tenido lugar en la sede del Ministerior de Cultura, donde sus hermanos mostraron conmocion por la cantidad de personas y personalidades que asistieron. Mucho debe la cultura cubana al mulato que a los 22 anos era contratado en el internacionalmente conocido cabaret "Tropicana" y que, en desacostumbradamente rapida acumulacion de experiencia, en 1962 fundara el grupo al que dio nombre, "Los Papines", con sus hermanos Alfredo, Jesus y Luis.



Desde entonces, con singularidad en el manejo de codigos culturales de profundidad y ampliamente conocidos por un sector nada descartable de la sociedad, cuyas vidas, desde su concepcion, discurre entre tambores y genuinos cantos afrocubanos, la agrupacion que Papin liderara mostro, en Cuba y el mundo, a traves de uno de nuestros mas genuinos ritmos musicales, la rumba, la alegria del colorido y luminoso Caribe y el desgarrado dolor de una impuesta vida de penurias. De los textos escritos o improvisados para el mas autentico guaguanco a la version rumbera de algun bolero u otra cancion de moda, sus tambores, afincados en las raices del frondoso árbol afro, confluian con la modernidad nuestra, tan sui géneris, quizas minimalista o barroca, según se le aprecie y según quien lo haga.



Con la filosofia del hombre o mujer del barrio, que sabe que "lo que no hay es que morirse", y apesadumbrado con el fallecimiento de su hermano Alfredo (2001), Papin habia dado paso a las nuevas generaciones de la familia en la agrupacion, justa manera de continuar una tradicion que exhibio de Cuba a Japon, de Holanda a Estados Unidos, de Rusia a Francia sin olvidar America Latina, y que queda recogida en una amplia discografia.



Con una importante historia en el arte de la percusion, en el arte de la rumba en particular, cubanas y cubanos podemos sentir el sano orgullo de verla expandirse y recrearse entre los mas jovenes, con la mujer desplazandose desde las voces y el baile hasta hacer sonar los cueros. La perdida reciente de figuras de "rumberos mayores" como Tata Guines (Federico Aristides Soto) y Anga (Miguel Diaz), aun muy joven, como la del antes percusionista y luego musicologo y poeta, Helio Orovio, y ahora la de Papin, bien pudieran hacernos lamentar, como alguna vez hiciera El Benny en el sitio en que fuera asesinado en gran Chano Pozo, "Que sentimiento me da/ cada vez que yo me acuerdo/ de los rumberos famosos/ que sentimiento me da".

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