domingo, 16 de noviembre de 2008

RECOMENDADO PARA SU ANALISIS

Subject: Fw: MIFI. ARTICULO Barack Obama II.doc

Subject: MIFI. ARTICULO Barack Obama II.doc
Barack Obama: “raza” y poder en cambio de época
Por: María I. Faguaga Iglesias·


Entre las peculiaridades de los cambios de época está el hecho de que los experimentamos todos, con independencia de nuestras reticencias, rechazos y resistencias, y de no ser experiencias de las que logremos sustraernos pese a que podamos desearlo. Los humanos, tan dados a las clasificaciones y jerarquizaciones de “los otros” ---ese “otro” que, contemplémoslo o no, desde aquel lado más o menos próximo, nos contiene a nosotros---, nos rehusamos a enfrentar las realidades que consideremos desestabilizadoras de nuestras certezas y referencias, incluso, sin que tantas veces nos detengamos a explorar en sus contenidos.

Cuando en 1989 era derribado el Muro de Berlín, el Occidente cristiano y capitalista lo concibió como su victoria y la celebró como tal ---comportamiento típico de quienes son o se creen triunfadores---; la izquierda, que se dijo traicionada por la ex URSS y su presidente Mijail Gorbachov, se abatió, y parte de esta, en retirada, renegó de sí. El entonces presidente cubano, Fidel Castro Ruz, proclamó al mundo que Cuba resistiría, anunció a sus conciudadanos el inicio del “Periodo Especial en Tiempos de Paz”, e hizo saber a “los amigos bien intencionados” que reclamaban al gobierno de la Isla transformaciones democráticas, que ellos se equivocaban.

En 1994, uno de los años más duros del inacabado “Periodo Especial”, con extensos apagones, casi sin transporte público, con violentas carencias de alimentos y medicinas, hubo una explosión de salidas ilegales que terminaron en “El Maleconazo”[1] y la liberación por parte de las autoridades cubanas de las salidas en balsas por las costas habaneras. En ambos hechos la población negra[2] fue protagonista. Capítulo reciente de nuestra historia, este sigue prácticamente ignorado, y, al menos públicamente, nunca se ha pretendido ofrecerle una explicación seria y que supere la siempre socorrida, la presentación del “imperialismo” del Norte y su “bloqueo” como únicos responsables.

La prensa oficial cubana insiste en la presencia del racismo en el sistema judicial de EE.UU. Se publicó la tesis de maestría de Mumia Abu-Jamal,[3] fundador activo del Partido Pantera Negra y periodista, acusado de asesinar a un policía, que condenado a muerte ha permanecido por casi tres décadas en prisión, en el corredor de la muerte. Nada dicen los medios oficiales cubanos de los afroestadounidenses que, acusados en su país de diferentes delitos violentos, huyeron y permanecen en la Isla.[4] Se ha hablado hasta la saciedad de la “mafia cubanoamericana” y sus vinculaciones con las diferentes administraciones de EE.UU., nada se ha dicho de la tradicional presencia de afrocubanos en aquel país, no sólo tratándose de gran parte de los tabaqueros que en el siglo XIX apoyaron la causa de la independencia hasta con sus escuálidas economías y protegiendo a José Martí, sino también de los que estuvieron entre los más cercanos colaboradores del líder afroestadounidense Malcon X. Se critica o se tienen relaciones de colaboración con académicos cubanoamericanos, y las obras de algunos se publican en la Isla, pero casi por excepción algunos de estos publicados son negros y militantes afro, aunque ya no son pocos los que han emigrado, a aquel país o a otros.[5] Instituciones afrocubanoamericanas como “Raíces Cubanas” no son mencionadas en la Isla, ni siquiera en la academia, incluso sus representantes han temido reunirse con académicos no oficiales, procedentes de la Isla, que han intentado contactarles.

Cuando de ciertos cambios se trata, franqueando ideologías políticas, los regímenes muchas veces coinciden en posiciones. Está sucediendo con la realidad del fenómeno Obama. Los poderes mundiales, sin distinciones de alineamientos políticos de derecha o izquierda, parecieran no comprender. La raza, eje sustentador de asimetrías al interior de las estructuras de poder, obnubila y sensibiliza porfiadamente; hasta hoy, se ha sido “conservadora” y ---¡qué paradoja!--- “revolucionariamente” racista por igual, situándose a la derecha, a la izquierda y aun en el centro, en Estados Unidos, Europa e incluso en el Caribe y Latinoamérica, donde nuestros “pueblos nuevos” ---históricamente dominados por el criollismo--- resultan de amalgamadas y siempre inconclusas fusiones, incorporando persistentemente nuevos elementos, pero sin que necesariamente lleguemos a fraguar en nuestros imaginarios la concientización de las naciones culturalmente mestizas que somos.



En Cuba, como en EE.UU., el factor “raza” ha mantenido vigencia en la distribución del poder. Hombres y heterosexuales, blancos, cristianos y de origen anglo allí; hombres y heterosexuales, blancos o que se lo creen, “fidelistas” y de origen hispano aquí. Élites de poder que mutuamente se han creído más diferentes de lo que en realidad son; en coincidencia, siguen temiendo al exceso de pigmentación… aun estando demostrado que puede salvar de padecer cáncer de piel (por cierto, del que se dice es victima el actual candidato presidencial republicano, John McCain).

“El racismo entra en campana”[6] se titulaba una nota de la agencia noticiosa española (EFE) del mes de marzo, pero, ¿es que el racismo estuvo alguna vez fuera de la contienda? valdría preguntar. Si miráramos pretendiendo ver ---lo que equivale a decir, no quedarnos en la superficie---, muchos convendríamos en que el elemento “raza” ---como el religioso, de genero, sexo y otros--- nunca ha sido prescindible en las elecciones, sólo que hasta entonces, se daba por descartado que los contendientes serían personas anglos, es decir, blancas.

La polémica nominación y candidatura de Barack Obama ha generado criterios disímiles. Él, en franca y radical transformación metodológica, ha empleado como nadie la virtualidad y los medios para promocionar su campaña; aunque sin alcanzarle, ha sido notorio el uso de los medios además para atacarle. Sobre la “raza”, tema del que el candidato demócrata pretendió desasirse desde el inicio, se han vertido criterios como este: “Personalmente creo que, si la gran mayoría elige entre Obama y McCain como si ambos fueran blancos, seguramente ganará Obama, por los mismos motivos por los que ganaron Franklin Roosevelt, Harry Truman y John F. Kennedy. Y si pierde, será porque mu­chos millones de votantes no están preparados para votar a un presidente negro”.[7]

Es decir, se piensa en términos de igualdad únicamente desde la posibilidad de percibir a los dos candidatos como a iguales, lo que según la ideología racista explícita e implícita, es apreciarlos “como si ambos fueran blancos”, lo que significa ---siempre según esa posición--- distinguirlos como a seres “superiores”. Resulta llamativo y sugerente que no se piense esa “igualdad” desde la condición esencial de humanos, por la que pueden compartir o no cualidades positivas y negativas, sopesando y destacando de estas las que más positivamente puedan aportar desde la presidencia a toda la nación.

Curiosamente, en la Cuba socialista de los hermanos Castro, la lógica de pensamiento con la cual se percibe el fenómeno Obama, esencialmente, no difiere en muchos aspectos de aquella. “A ese hombre no lo van a elegir. Escuchen bien: ¡es la Ca-sa Blan-ca! ¡No está hecha para los negros!” asegura un trabajador blanco cubano, de mediana edad. “Hay que esperar al día 4 de noviembre para saber quién ganara. Ese día se sabrá si para el pueblo de EE.UU. pesa más la economía o tener un presidente negro”,[8] dice un analista negro cubano ante las cámaras de la televisión.

Recordemos que, la misma Cuba oficial que sigue con detenimiento la cuestión racial en su vecino del Norte, y condena la radical aplicación de la “justicia” a la población afroestadounidense, sigue mostrando “prejuicios” en la aplicación de la justicia a su población afrodescendiente, a la que tantos maltratan en los medios y los textos de las canciones, y, es en la que se fusiló tras juicio sumario a tres jóvenes negros[9] que intentaron desviar una pequeña y frágil embarcación hacia EE.UU. sin que cometieran hechos de desmedida violencia hacia la población ni hacia las autoridades.

Para quienes, allá y acá, “piensan que Obama parece demasiado bueno para ser verdad",[10] responde uno de los ideólogos oficiales de la Isla: “La Humanidad despide, por estos días, con un suspiro de alivio, a la era neoconservadora y se apresta a recibir, qué remedio, a la del soft y el smart power, a la nueva casta de los nuevos realistas que procurarán lo mismo, pero con maneras suaves y rostros amables y multiculturales”,[11] dice el historiador Eliades Acosta, exdirector de la Biblioteca Nacional José Martí, funcionario del departamento cultural del Comité Central del PCC. A uno y otro ---intelectuales estadounidense y cubano---, sirviendo como voceros del sentir de dos segmentos poblacionales, respondía Obama al decir: “Lo capto. Reconozco que no soy el candidato más convencional para este cargo. No encajo en el pedigrí típico”.[12]

"Estados Unidos recorrió un largo camino, pero aún no está donde debería estar," dijo la artista estadounidense Stacy Johnson, que vive y trabaja en el sureño estado de Arizona. "Aunque no haya más linchamientos, aún está en la mente de las personas. Sigue habiendo prejuicio", asegura. En su país encuestas de los últimos meses arrojaron que un tercio de la población reconoce tener prejuicios raciales.[13] Este tipo de investigación, al menos de manera formal, no suele tener lugar en Cuba, donde recién y muy tímidamente se reconoce la existencia de “prejuicios raciales”, casi nunca de racismo.[14]



Parte de la comunidad cubanoamericana ---blanca, racista y criolla--- ha acusado al posible primer presidente afroestadounidense de “demagogo”, “superficial” e “izquierdista”. Contrariados con su posición hacia la Isla --- situándola entre los “adversarios” con los que conversaría, ha dicho que reactivaría las relaciones familiares eliminando las restricciones que impusiera en el 2004 el saliente presidente George W. Bush a las visitas familiares y al envío de remesas---, llegan algunos a afirmaciones desmedidas como que la próxima elección presidencial estadounidense “será también una consulta sobre la política norteamericana hacia Cuba que enfrentará, inevitablemente, a exiliados que favorecen un entendimiento con la tiranía y a los que, al apostar por cambios más drásticos, preferimos que el Tío Sam siga afirmando la ilegitimidad del castrismo”. Mientras estos esperan que “la moderación se imponga, y el electorado instale en la Casa Blanca al gris y poco carismático John McCain”,[15] otros lamentan que la manera de pensar le convierta en “minoría” en su comunidad, y dicen “constatar, por los argumentos, las discusiones, etcétera... que la mentalidad y psicología social del cubano blanco, de aquí al menos, no ha variado desde la esclavitud”, de manera “que la Isla no atravesó el consabido proceso de descolonización” ni de creación de una verdadera nueva identidad nacional que se supone debió haber propiciado la revolución triunfante en 1959.[16]

(Mal) acostumbrados, esquemáticamente, a ver “revolucionarios” y “contrarrevolucionarios”, agentes y espías por todas partes, cubanos de la Isla y de su orilla de enfrente encuentran en el joven candidato negro a “un burgués de Harvard” con “suaves maneras” al que “financian los millonarios” o, “un exponente” de la Iglesia de la Teología Negra de la Liberación, un “liberal” prototipo de “una vasta gama de inconformes (que en determinado momento y circunstancias podría llamarse ‘izquierda’)”, que desean deshacer a EE.UU. de su condición imperial convirtiéndola en las “neutrales” Suecia o Canadá.[17]

Para castristas y anticastristas, “Obama no es el ganador sino la ficha de castigo hacia los republicanos, para lo cual es también importante el hecho de llevar al poder a un hombre negro”, es el fin ---para tantos muy doloroso--- del neoconservadurismo, que llego al poder con el gobierno de Ronald Reagan. El único artículo aparecido en la prensa cubana de circulación nacional que, hasta el 20 de octubre de 2008, reconoció al senador Obama tocando “a las puertas de la Casa Blanca”, se dedica a mostrarlo como una truculenta construcción de los poderes económico y político en interrelación.[18]



Se puede ser negro o tener cualquier color epitelial, ser portador de cualquier cultura, formar parte de cualquier grupo etario, sexual, religioso, mostrar cualquier fenotipo o cualquier filiación sexual, política, etc., en fin, se puede experimentar y comportarse desde cualquiera de estas realidades, y, quizás a nivel individual y (micro) grupal puede que no les otorguemos mayor importancia que la que para su portador comporta y de la cual tal vez no sea consciente. Lo que no consigue evitar ese portador, aun inconsciente, es que los demás aprecien, concedan especial relieve y significación y puede que hasta crean determinantes, llegando a la sublimación, esos mismos factores; tampoco puede evitar que las demás personas consideren esas variables como elementos desde los cuales crearse sus juicios de valor, que ya sean positivos o negativos sería a partir de los cuales se trate a ese portador consciente o no ---y, consecuente o no--- de esos ejes, que pudiera ser que él no considere fundamentales en el relacionamiento social.

En esta lógica de pensamiento, Obama es un hombre negro, un afroestadounidense, joven, abogado, resultado del matrimonio de una estadounidense blanca profesional y de un africano negro profesional becado; para quienes así piensan, Obama tiene una familia africana con la cual mantiene relaciones, y ha construido su familia con una mujer negra profesional, que como él no tuvo una ascendencia económicamente holgada. Todo lo cual cuenta para muchas personas y, para no pocas, son elementos fundamentales al conceder o restar importancia al candidato demócrata como sujeto social; desde esos ejes se posicionan, también, quienes le negarían esa condición y/o su derecho a ejercitarla.

No se trata de que Obama ---o, cualquier(a) otr@--- se regodee en su raza ni en la condición ---individual ni grupal--- de esta, ni en su fenotipo, apariencia, etc. No se trata, pues, de los tan llevados y traídos esencialismos ni de las mal tratadas (auto) victimizaciones. Se trata, sí, de que no debemos pretender ignorar las maneras en las que funcionan los imaginarios colectivos y sus incidencias en las actuaciones. No ha muerto la raza ---aunque nunca haya existido objetivamente--- porque no han muerto sus argumentaciones ni, por tanto, muere el racismo, que es una creación ideológica sociohistórica a partir de una idea ---la de raza--- no objetivada. Porque, desde la subjetividad, desde el interaccionar de las subjetividades, es posible crear y conceder valor a lo inexistente ---como la raza---, y a partir de esa creación ---en este caso, pudiéramos señalar sin temores que verdaderamente “diabólica”---, es realizable la estructuración de la sociedad discriminadora y, fundamentándose en esa estructuración, hacerla funcionar.

Para deconstruir esa asimétrica estructura, no debemos cometer torpezas ni ingenuidades. Negar la existencia histórica de la raza y del racismo, y negar la vigencia de ambos, puede ser tan peligroso como la prolongada reiteración de su existencia en los imaginarios. En Estados Unidos como en el resto de Afroamérica e, incluso, en África, es importante y muy significativa la cualidad de negro del candidato presidencial demócrata.

Las expectativas de los gobiernos africanos en conexión con la victoria potencial del senador Obama son muy elevadas, y, posiblemente ---con sistemas de gobiernos en los que el presidente es casi una figura omnipotente---, excesivas. Pretenden, de ser elegido presidente, que les conceda más préstamos comerciales, privilegios en las relaciones migratorias, y su intervención en la controversia sobre la presencia militar estadounidense en la zona para combatir el terrorismo. A su vez, remonta la expectativa popular. “África necesita que Obama gane, necesita recuperar su orgullo y autoestima”, dice en Kenya ---donde esta el origen paterno de Obama--- Boniface Gakuo, de 35 años, profesor.[19] Y, aunque haya quienes no dados a deslumbramientos estén conscientes de que la solución a sus conflictos no aparecerá necesariamente en las manos del presidente de EE.UU., sea o no una persona negra, a quienes durante siglos se les ha hecho creer ---hasta se ha justificado con la Biblia, que en ese caso no funciona como tan “santa escritura”--- que sus pésimas condiciones de vida son proporcionales a la más oscura pigmentación de su piel, el triunfo del senador demócrata por Illinois “será la confirmación de que un negro puede ser lo que quiera si trabaja duro, es inteligente y tiene suerte”,[20] como se afirmaba en el diario kenyano The Nation.

En Brasil, donde es elevado el alcance cualitativo y cuantitativo de la población negra, parte de esta se organizó en foros para brindar su apoyo al demócrata estadounidense, para cuya campaña han enviado financiamiento a través de brasileros radicados en EE.UU. Este movimiento califica a Obama de “espejo” en el que pueden verse y cuya experiencia “puede ayudar a los negros de Brasil a vencer obstáculos”, según declaraciones al diario Correio Braziliense de Iván Rodrigues, organizador de la campana brasilera pro Obama, que exponía que están discutiendo “cómo la experiencia de Obama puede ayudar a los negros de Brasil a vencer obstáculos". “En Brasil hay algunos diputados o ministros negros ---precisó otro de los obamistas brasileros---, pero nunca ha habido un presidente negro y una victoria de Obama puede ayudar”.[21] Entusiastas brasileros se inscribieron en las últimas elecciones municipales con el nombre del político afroestadounidense.

En Cuba y Colombia, hay sectores sociales que no quedan a la zaga en las expectativas. Tampoco en Asia, donde sus antiguos condiscípulos en el colegio primario de Yakarta celebraron su nominación, ni en Europa, donde las autoridades ---necesitadas de ser tomadas en consideración en paridad de condiciones por EE.UU., a la espera de que la nueva administración de la potencia reelabore la agenda común---[22] casi le concedieron recibimiento de jefe de Estado, los pueblos le aclamaron y el mundo de la moda no perdió la oportunidad de incluirlo entre las imágenes de promoción de sus atuendos,[23] pese a que también en cuanto a moda pero en circuitos menos elitistas y, tal vez, menos inteligentes, se han vendido pulloveres con la imagen de Obama portando un cintillo que le relacionaba con el terrorismo. La lotería colombiana hacia otro tanto en las intenciones de incrementar sus ganancias, imprimiendo el rostro del senador en sus billetes. En las ventas para los próximos Halloween, están resultando más rentables las mascaras con la imagen de Obama que con la de McCain.



“Una imagen vale más que mil palabras” ilustra la sabiduría popular, pero, es preciso cuidar, estudiar, valorar, sopesar, e interpretar contextualmente las palabras. Los discursos de los cientistas sociales y de los políticos no tienen las mismas funciones; no excluyendo que se tenga la doble condición, debe considerarse que los destinatarios son distintos. Esto es algo sabido, pero no siempre considerado.

Obama es un político profesional aunque de corta carrera ---si se excluye su trabajo comunitario---, que ha demostrado conocer y disponer muy bien de los recursos de la profesionalidad. Obama nos revela el discurso del político, no del cientista social, porque ---verdad de Perogrullo--- es haciendo carrera política y no académica que se llega a la presidencia. Y, en el EE.UU. actual, es contraproducente políticamente pretender llegar a la Casa Blanca ---su nombre, ¿será o no gratuito?--- hablando de raza, ya sea en positivo o en negativo, lo cual es visto cuando menos, como una ambigüedad.

Pero, cuando Obama es atacado, difícilmente desconozca que, en gran medida, el sustrato y fundamento de esos ataques ---inconscientes o no--- es el racismo, porque la suya es una sociedad ---como la mayoría--- que obra considerando como eje de negatividad la raza. Aquella, es una sociedad pluri racial que no ha dejado de ser racista, multicultural pero sin que necesariamente en todos los espacios se manifieste inter e intracultural.

Lo implica la necesidad de considerar con especial cuidado el fenómeno Obama y la figura del propio senador, instituido como signo y símbolo a un tiempo. Ese mucho cuidado conlleva ---insisto--- mirar procurando ver; no permitir que la dinámica y agradable figura del líder carismático negro nos confunda y/o enajene, porque de ser así, de no valorar con justeza y justicia este momento histórico, puede ser perdida su positividad y todo lo que esta entraña.

“Lo que no entienden los escépticos es que estas elecciones nunca han sido sobre mí. Han sido sobre vosotros”, había afirmado el joven político en el discurso de aceptación de su candidatura. E insistió, dando visos de formalidad, en su propuesta de renovar la promesa estadounidense: “América, no podemos volver atrás. No podemos andar solos. En este momento, en estas elecciones, tenemos que prometer una vez más marchar hacia el futuro. Que cumplamos con esa promesa ---esa promesa americana--- y en las palabras de la Biblia agarrarnos firmemente, sin flaquear, a la esperanza que profesamos”.[24] En coincidencia que pudiéramos reconocer privilegiada, su intervención coincidió con el día en que, 45 años antes, el pastor y uno de los líderes negros más conocidos y reconocidos de la lucha por la conquista de los derechos civiles de sus coterráneos afro, Martin Luther King Jr., pronunció su discurso 'Yo tengo un sueño', explicitando sus puntos de vista sobre la unidad racial.



Ha llegado muy lejos y muy alto ---aunque nadie lo esperaba, especialmente en los medios oficiales cubanos--- el adolescente afroestadounidense que no comprendía la desconfianza que causaba en negros y blancos por igual, que “se colocaba” con alcohol y marihuana para “ahuyentar las preguntas que me atormentaban”, entre estas: "¿Cómo podía ser útil en una sociedad que no parecía aceptarme? Jugábamos en el terreno de los blancos, con las reglas de los blancos. Si el decano, el entrenador, el profesor quería escupirte en la cara, podía hacerlo". La única opción entonces era el enclaustramiento en el propio rencor. "Y la ironía final es que si te negabas a aceptar la derrota y te enfrentabas a ellos, tenían un nombre para ti: paranoico, extremista".[25] No permitió que vencieran el odio ni el rencor. Enfrentado al abismo, luchó con sus monstruos y los venció… continúa luchando con los de los otros.

“En 1968 el 40 por ciento de los negros (en EE.UU) vivía en la pobreza y otro 20 por ciento se mantenía apenas a flote. Hoy la Oficina del Censo indica que el índice de pobreza entre los negros es del 24,5 por ciento, lo cual representa obviamente una mejoría, aunque la tasa de pobreza nacional es del 12,5 por ciento, y la de los blancos es de sólo el 8,2 por ciento”. Sin embargo, pese al creciente número de profesionales negros altamente calificados, muchos son discriminados racialmente para emplearse. Actualmente 1 millón de hombres negros permanecen en prisión, y son muchos más los que como estos no pueden ejercer el derecho al voto, pese a que ya han cumplido sus sentencias. Más de 2 millones de reclusos y reclusas existen en EE.UU y, de est@s, el 42 por ciento son personas negras, aunque estas constituyen el 12 por ciento de la población del país. De los nuevos casos infectados con el VIH-SIDA, 65 por ciento corresponde a mujeres negras, mientras “los hombres negros nacidos en 2004 tienen una expectativa de vida seis años menor que sus conciudadanos blancos”. [26]

Similares datos encontraríamos, desafortunadamente, en todos los países con poblaciones afrodescendientes ---incluidos los latinoamericanos--- pero no todos los exhiben, y, ni siquiera, se permite localizarlos. En muchos de estos, esa población se organiza pugnando por espacios equitativos de poder, que les permitan hacer escuchar sus voces y materializar la puesta en práctica de proyectos que le beneficien sin que ---argumento con el cual suele amedrentarse a otros grupos poblacionales--- atenten contra intereses legítimos del resto de los componentes de las naciones. Últimamente hay una marcada intencionalidad de criminalizar a los reivindicadotes afroamericanos, acusándoles de “terroristas” y, en el caso de Cuba, de “agentes enemigos al servicio de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana”.

Aun habiendo avances mayores y menores al respecto ---por supuesto, ha pasado más de un siglo del fin de la esclavitud en Cuba y Brasil, últimas colonias en las que rigió el brutal sistema que enriqueció a tantos países del hoy llamado Primer Mundo---, lo cierto es que el hecho de que “el imperio de las iniquidades” exhiba un candidato presidencial negro y de origen humilde representa una conmoción para tod@s, negr@s y blanc@s, en cualquier latitud, si bien debemos cuidarnos de hacer hacia su figura y fenómeno social traslación de nuestras añejas necesidades insatisfechas y ocultas apetencias, de lógicas realizaciones largamente acariciadas, y adormeciendo todavía en el reino de las ideas.



En el caso de Cuba y, aun, de cubanos y cubanas al menos de las recientes emigraciones, debemos estar alerta en varios sentidos, evitando perder de vista que Obama es el resultado del proceso de empoderamiento de la población afroestadounidense. Nada parecido sucede con la población afrocubana, que ha padecido 50 años de fractura en esa compleja marcha. No existe empoderamiento si no nos auto descubrimos, desde las individualidades y desde las interrelaciones; solo así se descubren y potencian las capacidades propias para el accionar por sí, como individuos y como colectividades. Es, pues, un proceso de crecimiento y madurez que no se produce o se dificulta extraordinariamente en sociedades como la nuestra, en las que funcionan excesivos controles, ahogando la posibilidad del pensamiento independiente y, obstaculizando la manifestación de la pluralidad. En este tipo de sociedad la población negra ---como otros sectores sociales--- queda atrapada ---por fuerza--- en la reproducción de los estereotipos que de ella han sido creados, de lo peor de sí.

Si desde la perspectiva “racial” Michell Obama ha dicho sentirse “por primera vez” “orgullosa” de su país, cualquier cubana negra tendría que pensar muy bien antes de repetir algo así. ¿“Orgullosas”, “racialmente”, de qué, pudiéramos estar respecto a la actualidad de nuestro país? Pese a los cambios ocurridos luego de 1959, no podemos olvidar la cotidianidad, y, en esta debemos identificar los códigos racistas sobre los que se fundamentan alusiones como las del canciller cubano a la sencillez del ex presidente que aceptó como regalo de cumpleaños un cake de manos de “tres negras gordas”. Si no fuera suficiente, la publicidad turística, las imágenes televisivas y el filme “Entre ciclones” bastarían para devolvernos a nuestra realidad.

Que, a menos de un mes de las elecciones en aquel país, analistas cubanos duden de las verdaderas posibilidades del senador afroestadounidense; que vinculen y limiten su avance únicamente a la crisis económica; que intentando minimizarlo lo consideren “una creación” de “las fuerzas ocultas” del establishment; que se ignore el papel de Michell como esposa del candidato demócrata cuando desde la época de la campaña del expresidente Bill Clinton hasta hoy se ha destacado la figura de Hillary Clinton ---ambas abogadas de primer nivel---, son elementos que dan cuenta del forzado estado de inmovilismo psicológico del sector élite y de poder de la sociedad cubana. Que parte de la intelectualidad cubana, de la población de la Isla en general, comprendida la ilegal oposición política, se muestre favorable al líder afroestadounidense y que recientemente un sector de esta última creara un Comité Ciudadano de Integración Racial,[27] da cuenta de que también en la sociedad isleña se generan cambios al respecto, aunque las instancias de gobierno pretendan ignorarlos e insistan en el inmovilismo como receta, quizás, para oponer al “gatopardismo” actual del que acusan al viejo enemigo imperial.

La existencia de Obama como muestra de cambios no significa la concreción de todos los cambios ni la no resistencia de determinados sectores sociales, incluso los políticos, a los cambios. La campaña de descrédito librada en su contra --- acusándole de “terrorista” o de “amigo” de tales, de “socialista” y de “elitista”, instando a asesinarlo, vinculándole al Islam, y, muchas más---, dan cuenta de la resistencia a los cambios que se han producido y continúan/continuarán produciéndose en la sociedad estadounidense, y, en el resto del mundo, lo que siempre ocurre en los cambios de época. Que tenga un significativo apoyo de las mujeres, de las clases altas y medias, y de estados tradicionalmente conservadores ---como el de la Florida… pese a los cubanoamericanos---, de los jóvenes y de los hispanos, muestran las transformaciones que ha ido vivenciando aquella sociedad.

El mundo cambia. EE.UU. cambia. Aunque el gobierno cubano se niegue a aceptarlo e, incluso, se resista a verlo, también su sociedad cambia. De eso, y no de inmovilidad, quietud, congelamiento, trata la dialéctica, y, la vida, contra y pese a toda tendencia conservadora, neoconservadora y hasta reaccionaria, es dialéctica.

No se trata de ingenuidades como estiman analistas cubanos, Obama es la encarnación de la sociedad estadounidense que va siendo otra; es la encarnación de la otra sociedad afroestadounidense vivenciando su auto reproducción en nuevas circunstancias.[28] No extraña que su manera de vivenciar su experiencia como hombre negro difiera de la del Rev. Jesse Jackson ---el joven senador es más exigente con los suyos; el experimentado religioso y líder político tiende a una mayor tolerancia[29]---: son dos generaciones en dos momentos históricos diferentes;[30] a aquel correspondió experimentar el momento de las grandes reivindicaciones legales, a este corresponde experimentar el momento de las grandes reivindicaciones prácticas; aquel fue el momento de las largas y multitudinarias marchas, este es el momento de las dinámicas campañas mediáticas; aquel fue el momento de luchar para poder tener un sueño, este el momento de luchar para hacer realidad el sueño; aquel fue el momento de llamar la atención sobre la igualdad como humanos de negros y blancos, este es el momento de corporizar esa igualdad… la Casa de gobierno, puede ser de cualquier color, no sólo “Blanca”, y ahí están Barack Obama, Michell y sus hijas para hacerlo evidente, para procurar que las mejorías existentes en las vidas de los afroestadounidenses de clase media, se vayan haciendo extensivas a los más necesitados.

Sin embargo, las denominadas “agendas afro”, en las Américas y en cualquier parte del mundo, no deben ceder terreno gratuitamente ante el influjo del fenómeno Obama, pues pudieran perderlo irremediablemente. En el toma y daca que implica toda negociación ---para eso existen las “agendas afro”---, se cede para ganar, pero hay que tener mucho cuidado y atención, saber muy bien que ceder y a cambio de qué e, incluso, puede igualmente que a cambio de qué y de cuánto, pues el cuánto nunca debería ir solo, ya que no se trata de cantidad sino de calidad. Hay que tener presente, de manera imprescindible, el cuándo, y ubicarlo en el contexto dado, que no para tod@s a nivel micro es el mismo, aunque tod@s seamos afrodescendientes.

Obama indica no sólo lo obtenido, lo avanzado ---aún sin percibirlo--- sino, y quizás sobre todo, cuánto nos falta, a tod@s, con independencia de colores; nos indica, asimismo, que no tod@s avanzamos a la par por el extenso, difícil y hasta tortuoso camino del aprendizaje y/en la convivencia. Obama es la muestra de que es realizable la utopía de la unidad en la diversidad, pero no sin sobresaltos ni peligros reales. Obama nos confiesa ante nuestros miedos, tantas veces inconfesos.

Hay que tener presente que en cuanto a identidad, como en todo, no avanzamos al mismo nivel de identificación y, fundamental, tampoco lo estamos en cuanto a concientización del nivel en el que cada un@ nos encontramos. No tod@s, afrodescendientes o no, necesariamente estamos al nivel de percepción e interiorización y, por tanto, de acción y reacción, que manifiestan Obama y otros, afroestadounidenses, afrodescendientes o no, en cualquier parte del mundo. En las Américas, Estados Unidos, Brasil y Colombia llevan un buen tramo de adelanto a los cubanos, que deberíamos mostrarnos más dispuestos al acercamiento y a la observación, a la apertura que implican el diálogo y la colaboración, y al aprendizaje, en la posición de modestia de quienes tenemos que reconocer cuanto nos falta por avanzar, igualmente, en la interrelación de los ejes raza-poder-cultura- política, y los que con estos se relacionan.

Barack Obama, para unos, es ya el presente… para otros, es todavía el futuro.


La Habana, sábado 25 de octubre de 2008.- 1:59 a.m.-
· Historiadora y antropóloga. Directora del Programa de Diálogo Intercultural e Interreligioso del capítulo cubano de la Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en Latinoamérica (CEHILA – Cuba).
[1] Así se denominó a la manifestación popular ocurrida el 5 de agosto de 1994. Vecinos de los municipios Centro Habana y Habana Vieja que se habían dado cita en el Malecón habanero, a la voz de que de EE.UU. vendría una embarcación para llevarse a quienes lo quisieran, la emprendieron contra las vidrieras de tiendas de venta en divisas ubicadas en la zona, dando gritos en contra del gobierno. El hecho, que pudo haber devenido en lucha fraticida por la presencia ---se dijo--- de miembros del contingente de la construcción Blas Roca Calderío que se liaron a golpes con los manifestantes, culminó con la presencia en el lugar del entonces presidente, Fidel Castro Ruz. En los días siguientes, se produjo la persecución de los participantes en lo que pudiéramos considerar una de las primeras manifestaciones anticastristas del Periodo Especial.
[2] A menos que lo señale, en la población negra siempre queda incorporada la mestiza.
[3] Mumia, teniente ministro de información de la filial del Partido Pantera Negra en Filadelfia, donde también presidía el capítulo local de la Asociación de Periodistas Negros, dedico su tesis a reconstruir la historia de su Partido. En 1981 Mumia fue arrestado, enjuiciado y condenado.
[4] Aseguran funcionarios estadounidenses que alrededor de 70 personas que han huido de aquel país, desde los años ’60, cuando las intensas y duras luchas por los derechos civiles de los afroestadounidense, se ocultan en Cuba. Entre estos, la fugitiva de mayor notioriedad, Joanne Chesimard, quien actualmente responde al nombre de Assata Shakur, una de las líderes del Ejército de Liberación Negra; acusada del asesinato de un agente estatal de Nueva Jersey, en 1973, se oferta 1 mll. de dólares por su entrega. Cada año el Departamento de Estado incluye a los fugitivos residentes en la Isla en la lista de los “terroristas” buscados. El expresidente cubano ha referido que esas acusaciones son “una injusticia, una infame mentira''. Ver:
Lacey, Marc. “Hora de inseguridad para los fugitivos en Cuba”. La Habana. NYT. Tomado del Nuevo Herald. Fuente: Cuba News, lunes 4/jun/2007.
[5] Obras fundamentales de los doctores afrocubanoamericanos Juan F. Benemelis, Enrique Paterson y Michael Leslie, entre otr@s, son desconocidas en la Isla. Insistentemente repetido el estribillo de que “sólo emigró la burguesía” y la reiteración en que esta era en su totalidad “blanca”, las jóvenes generaciones prácticamente desconocen la existencia de una burguesía cubana negra y de una intelectualidad negra, creyendo ---porque así se les repite--- que sus conciudadanos negros en EE.UU. llegaron preferentemente a partir de la oleada migratoria por el puerto del Mariel (1980) y que, consiguientemente ---también en eso se ha insistido--- eran parte de la “escoria” nacional.
[6] “El racismo entra en campaña”. EFE. Terra Actualidad. 18-03-2008.
http://actualidad.terra.es/articulo/html2/av22332569.htm Consultado: sábado 14/junio/2008.
[7] Jackson, Gabriel. “¿Cómo influirá la raza en las presidenciales?” El País. Tomado de: Consenso. Ano 1. No. 32. La Habana, Cuba. Agosto 16 de 2008. Pág. 8.
[8] Dr. Esteban Morales. Ex director del Centro de Estudios sobre Estados Unidos (CESEU).
[9] Bárbaro Leodán Sevilla García, Lorenzo Enrique y Jorge Luis fueron fusilados en la madrugada del 11 de abril del 2003, menos de una semana atrás (6 días) había iniciado el juicio que se les siguió.
[10] Ross Baker, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey. En: Politicom. Una mirada al mundo político por Herejías y Caipirinhas http://caipirinasderui.blogspot.com/ Martes, agosto 26/2008.
[11] Acosta Matos, Eliades. “Obama, o las suaves maneras del contraataque”. (III parte y
final) En: Cubarte. El portal de la cultura cubana. Información. Junio, 2008. La
Habana, Cuba.
[12] Discurso de Barack Obama en la convención de Denver. Traducción de la agencia EFE. 29/08/2008
[13] Bigg, Matthew. “La raza de Obama, tema importante de la campaña, según un sondeo”.
Reuters. PENSACOLA, EEUU. Fuente:
http://es.noticias.yahoo.com/rtrs/20080623/tpl-eeuu-obama-raza-87aac06.html lunes, 23
de junio de 2008.
[14] No obstante, según un estudio realizado a solicitud del Fiscal General de la República ---alerta el periodista opositor Luis Cino---, en 1987, de un total de de 643 casos de “peligrosidad predelictiva” sometidos a los tribunales en Ciudad de La Habana entre mayo y diciembre de 1986, 345 acusados eran negros y 120 mulatos. Los no blancos eran el 78 % de todos los individuos considerados como socialmente peligrosos. Cino Especifica: “Un blanco de cada 5 mil 430 enfrentaba cargos de peligrosidad social, comparados con un negro de cada 713. Los negros fueron declarados ‘socialmente peligrosos’ 7,6 veces más que los blancos y 3,4 veces más que los mulatos”. La encuesta realizada por el medico Darci Ferrer, director del Centro de Salud y Derechos Humanos “Juan Bruno Zayas”, arrojo que el 76, 1 % de las 126 personas consultadas no ve oportunidad de que el próximo presidente cubano sea uno de sus conciudadanos negros. Aunque no podemos comprobar los datos ofrecidos por Cino y por Ferrer, la vivencia en nuestro entorno concede verosimilitud a sus conclusiones, que es lo más importante.
Ver:
Cino, Luis. “Datos negros de La Habana”. En: Cuba News. La Habana (Cuba) jueves
8/nov/2007.
Ferrer, Darci. . “El racismo, amenaza subyacente”. La Habana, 7 de agosto de 2008.
Resultado parcial de la Encuesta sobre la raza que se realiza en el marco de la
Propuesta de Salvación Nacional. Recibida por e-mail.
[15] Echerri, Vicente. “Obama, diagnosis de una pasión”. Nueva York. 28/05/2008. EER.
Echerri fu estudiante del Seminario Teológico Interdenominacional de Matanzas (Cuba). Declarado miembro de la Iglesia Episcopal de Cuba.
[16] Trabajo de campo de la autora.
[17] Echerri, Vicente. “Obama, diagnosis de una pasión”. Nueva York. 28/05/2008. EER.
[18] González, Luis Jesús. “Obama toca a las puertas de la Casa Blanca”. Semanario
Trabajadores. Lunes, 20 de octubre de 2008. Año XXXVIII. No. 42. La Habana,
Cuba. Pág. 14.
[19] ElPais.com. Internacional. Miércoles, 27/8/2008, 23:19 h. http://www.elpais.com/articulo/reportajes/familia/Obama/elpepuint/20080824elpdmgrep_1/Tes Consultado: miércoles, 27 de agosto de 2008
[20] ElPaís.com. Internacional. Miércoles, 27/8/2008, 23:19 h. http://www.elpais.com/articulo/reportajes/familia/Obama/elpepuint/20080824elpdmgrep_1/Tes Consultado: miércoles, 27 de agosto de 2008.
[21] “Grupos afrobrasileños se organizan en favor de Barack Obama”. EFE. Brasilia. 24 de julio de 2008. http://es.noticias.yahoo.com/efe/20080724/twl-grupos-afrobrasilenos-se-organizan-e-e1e34ad.html Consultado: jueves, 24 de julio de 2008.
[22] El cambio climático y la previsión de nuevas crisis económicas son algunos de los ejes sobre los que debería descansar la nueva agenda común.
[23] Entre lo último exhibido en la pasarela parisina anunciando la moda para el verano 2009, el sello Chanel, a través de Jean-Charles de Castelbajac se solidarizó con Barak Obama a través de uno de sus mini vestidos con lentejuelas, que al frente llevaba la reproducción en vivos colores de la imagen del senador negro. “En un mundo donde cada vez hay más pobres, un mundo lleno de catástrofes, he querido dar otro impulso”, declaro a la prensa Castelbajac, y añadió: “no se trata de haber encontrado el lujo como respuesta sino que la verdadera respuesta es encontrar un sentido”, explicando: "En medio de ese sentido pongo mis convicciones: la esperanza de un mundo mejor; por eso muestro Obama, la belleza (...) y el humor, porque para sobrevivir hoy en día hace falta mucho humor”. (Schroeder, Dominique. AFP. Paris. 3 de octubre de 2008. http://es.noticias.yahoo.com/afp/20081003/tts-francia-moda-45295c0.html Consultado: viernes, 03 de octubre de 2008)
[24] Discurso de Barack Obama en la convención de Denver. Traducción de la agencia española de noticias, EFE. 29/08/2008. Recibido por e-mail.
[25] Obama, Barck. Sueños de mi padre. 1995. Tomado de: ElPais.com. Internacional.
Miércoles, 27/8/2008, 23:19 h. http://www.elpais.com/articulo/reportajes/familia/Obama/elpepuint/20080824elpdmgrep_1/Tes Consultado: miércoles, 27 de agosto de 2008
[26] Las citas y todos los datos del párrafo se extrajeron de:
“A 45 años del sueño de Martin Luther King, la situación de los negros ha cambiado mucho”. EFE. Washington. Miércoles, 27 de agosto, 15.34.
http://es.noticias.yahoo.com/efe/20080827/tso-a-45-anos-del-sueno-de-martin-luther-64bc860.html Consultado: Martes, 27 de agosto de 2008.


[27] Comité propiciado por la Corriente Socialista Democrática Cubana, y recién creado ante la posibilidad de que Barack Obama asuma la presidencia. Comité que no satisface las expectativas de todas las personas interesadas en las tradicionales asimetrías por motivos raciales en Cuba, y deseosas de implicarse activamente en la búsqueda de soluciones.
[28] “Los avances son evidentes: ha habido negros secretarios de Estado, jueces, jefes de policía, rectores universitarios, y Barack Obama aspira con posibilidades reales a la Casa Blanca”. Martin Luther King Jr. y Malcon X, Rosa ParK y Angela Daves, los reverendos Jesse Jackson y Jeremiah Wright ---este, en proceso de jubilación, fue su pastor por unos 20 años, ofició en su matrimonio y bautizó a sus hijas, todo ello en la United Church of Christ---, incluso personalidades como la de Mumia Abul-Jamal, y muchas más, abrieron el camino del senador Obama hacia la presidencia.
“A 45 años del sueño de Martin Luther King, la situación de los negros ha cambiado mucho”. EFE. Washington. Miércoles, 27 de agosto, 15.34. http://es.noticias.yahoo.com/efe/20080827/tso-a-45-anos-del-sueno-de-martin-luther-64bc860.html Consultado: Martes, 27 de agosto de 2008.
[29] "Sé que algunos dirán que he sido muy severo con la gente sobre este asunto de la responsabilidad. Pero no voy a dejar de hablar sobre ello, porque creo que, al final, no importa cuánto dinero invirtamos en nuestras comunidades, ni cuántos planes de diez pasos propongamos, ni cuántos programas gubernamentales presentemos. Nada cambiará si no nos responsabilizamos más de nuestras propias vidas", ha dicho Obama. En respuesta, un encolerizado Reverendo Jesse Jackson dijo sobre Obama: “Le cortaría los huevos”, luego de acusarlo de subestimar a los negros.
JOHNSON, GLEN y SEWELL, DAN. “Obama: Los negros deben responsabilizarse más por
sus acciones”. AP. Cincinnati, EE.UU. Martes, 15 de julio, 02.49
http://es.noticias.yahoo.com/ap/20080715/twl-amn-pol-eeuu-elec-obama-negros-
1be00ca.html Consultado: miércoles 15/julio/2008
Collinson, Stephen. “No todas las verdades pueden ser dichas en la carrera por la Casa
Blanca”. AFP. Washington. http://es.noticias.yahoo.com/afp/20080715/tts-eeuu-
elecciones2008-3c8ed92.html Consultado: Miércoles, 14/julio/2008
[30] En 1984, el entonces joven Reverendo afroestadounidense Jesse Jackson, en su condición de contendiente por la candidatura presidencial demócrata, que no llegó a obtener, visitó Cuba, donde el expresidente Fidel Castro, en época de política atea y ateizante, casi le concedió atención de jefe de Estado. Juntos visitaron la Universidad de La Habana y la Iglesia Metodista de K y 25 ---a un costado de la Univ. habanera---, donde ofició Jackson en presencia de Fidel Castro.

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