jueves, 25 de diciembre de 2008

EL ENAJENADO Y SU INCURSION EN LA POLITICA

Sin lugar a dudas cada uno de nosotros ha reido con chistes basados en ocurrencias de aquellos que padecen en mayor o menor grado los síntomas de la estulticia o enajenación mental.Vemos a aquel pobre orate, que dice muy seriamente que él es Napoleón , o aquel otro , que sin sonrojo alguno afirma que es el Mesías enviado por Dios a la tierra.A todas estas afirmaciones la consideramos signos visibles de locura en tanto y cuanto muestran un divorcio absoluto con la realidad de las cosas y, carecen de toda posibilidad lógica.Cabe decir,que por lo general el juicio valorativo de tales actitudes son hechos por personas que se consideran en sus cabales y cuyo juicio no tiene en modo alguno ni la más mínima pizca de error.Es decir, el cuerdo es el que juzga al loco, o al menos, al que se nos presenta como un enajenado mental.

El enfermo mental mientras delira divorciado de la realidad que le circunda sin que atente contra la integridad física de sus semejantes, solemos tenerle sin medida cautelar alguna, pues se nos presenta como un ser inofensivo y mas bien nos hace pasar ratos agradables cuando le seguimos la máquina, como suele decirse,a sus dichos y dislates.

Recuedo a uno que en cierta ocacion subió a un omnibus, diciendo:"!esto no puede ser, esto no puede ser,tantos hombres con muchas mujeres y yo sin ninguna!".En el fondo decía una gran realidad, no mentía, tenía cierta lógica, pero su locura se dejaba ver claramente por la forma de decirlo y el lugar, asi como la hora;5 am.Siendo esto asi,entonces llegamos a la conclusión que estas manifestaciones han de verse desde diferentes ángulos para poder entender el grado de estulticia de cada cual.

Tambien existe el loco,socarrón; el mal intencionado.He aquí un ejemplo:
Cierto hombre paso por un lugar que estaba tapiado, y oía un coro de voces que decia:"Nueve, nueve, nueve...el caminante, atraido por las voces y picado por la curiosidad, se asomó por un hueco en la pared para mirar hacia adentro.En seguida un loco le pinchó un ojo con una pequena varilla, y decian todos a coro:diez, diez, diez...

Todos estos casos y situaciones, nos provocan risa, nos hacen pasar un rato aún a espensas de la desgracia humana.Asi somos de complejos.

Pero hay un peligro muy grande que demanda nuestra atencion.Es cuando el enajenado, se apresta a incursionar en la política.No es peligroso cuando dice que es Napoleón, sino cuando pretende llegar a serlo.El enajenado,tiene cierta fluidez para elaborar un programa político, o de gobierno.Sabe sacar provecho de su educación formal anterior a su locura.Es capaz de ocultar su estulticia cuando la gente no es capáz de parar mientes en sus dichos y ocurrencias.Es el clasico loco que pasa por cuerdo.Esos son los peligrosos.

Esta locura se complica cuando se mezcla con la ambicion del dinero y del poder.Porque hay locos o ilusos humildes pero los hay motivados por el vil metal que a la par que los enloquece, los envilece.Estos locos en su sus aspiraciones no se contentan con los últimos puestos ni los puestos de servicios, No quieren ser peones, sino todo lo contrario;aspiran al puestos más elevados.Son locos de alcurnia...

Cuando estos locos incursionan en la política,son en extremos peligrosos, pues son motivados y guiados por una idea conpulsiva que no reconoce barrera alguna;estan amurallados contra toda otra idea que no sea la de ellos.Persiben que llevan dentro un ser sobrenatural y oyen continuamente una voz que les dice que son los elegidos providenciales de una tarea gigante.Se consideran Mesías redentores de una situación a la cual han sido llamados a cambiar.

Este tipo de enajenado,no reconoce marcha atras, no cree en ningun momento en un cambio de estrategia o de táctica.Al ser obsesivo compulsivo, es capáz de cualquier cosa para alcanzar el logro de lo que ha concebido como posible.

Esta febril locura se agrava cuando se arma con un programa seudoreligioso que le sirve de soporte ideológico.La historia esta llena de estos personajes.
Muchos se ha creido dioses y, en nombre de su locura, unos han incendiados ciudades, y otros han desencadenado guerras y toda suerte de calamidades públicas.

La mejor manera de poner las cosas en su justo lugar, y sacar a la luz el peligro de una locura propensa a la incursion poltica, es estar preparados con la coraza de la verdad y la razón.A los enajenados mentales se le ha de mostrar su locura para frenar a tiempo todo el mal posible que sería capáz de traer a un país o al mundo.

Rev Leonides Penton Aamdor

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