viernes, 12 de diciembre de 2008

LOS DERECHOS HUMANOS VISTO DESDE ELPUNTO DE VISTA DE LA IGLESIA CUBANA

llega este comentario con dos días de retraso. Es un poco extenso, pues pensamos haberlo enviado en tres partes. Lea lo que usted pueda, y sobre todo, invierta un tiempo en orar. ¡Nosotros tenemos la solución del problema humano! Por amor a la humanidad, demos la solución a nuestros semejantes.

DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
10 de diciembre

El tema de los Derechos Humanos, desde siempre ha sido un delicado tema a tratar. La raíz del problema pudiera estar en que esta promoción siempre se ha hecho a nivel de estado, y en ocasiones se usa como un instrumento de política por parte de las naciones.
El asunto sería otro, si cada ser humano, en su trato con los demás, cumpliera sus deberes hacia el prójimo.
Jesucristo, como hijo de Dios, estableció el principio fundamental sobre el que se deben regir las relaciones entre seres humanos. El dijo que toda declaración, ley, estatuto, o precepto que intervenga en la conducta a seguir entre seres humanos, se resume en un solo deber: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Gl 5.14). Esta es la idea más loca escuchada jamás por oído humano. Esta frase no podía ser de hombre. Para quienes dudan de la divinidad de Jesucristo, este pensamiento, es más que suficiente para saber que quien nos habla no es un ser humano normal: “Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.” (Lc 6.27-28). Esta es la propuesta “del creador” para el trato de sus criaturas con los semejantes.
La manera en que este principio se aplica es así: “en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. (Mt 7.12)
Para el hombre posmoderno, decepcionado por tanta injusticia y falta de amor, estas ideas resultan risibles, y hoy nadie se siente con la voluntad para aplicarlas, aun dentro del cristianismo. La más triste de las consecuencias de no aplicar este principio en el trato con los demás, es que la raza humana irá irremediablemente a la destrucción. El propio Jesús lo profetizo: “Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará,… y entonces vendrá el fin”. (Mt 24.12-14). ¡La falta de amor, traerá la destrucción del mundo!
En este día en que se enfatiza en los derechos humanos, veamos algunas ideas y corrientes filosóficas en que el hombre postmoderno se debate.
“Dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos” José Martí.

IDEA 1:
EL DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS DE 2007 marco el inicio a la conmemoración del 60º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la que se ha extendido durante todo el año 2008. El tema, ha sido “Dignidad y justicia para todos nosotros,” reforzando la visión de la Declaración Universal de Derechos Humanos como compromiso con la dignidad y la justicia a escala universal. No se trata de un lujo ni una lista de deseos. La Declaración Universal de Derechos Humanos y sus valores básicos, la dignidad humana inherente, la no discriminación, la igualdad, la equidad y la universalidad se aplican a todos, en todos los lugares y en todo momento. La Declaración es universal, duradera y dinámica, y nos atañe a todos.
Desde su aprobación en 1948, la Declaración ha sido y sigue siendo una fuente de inspiración de los esfuerzos nacionales e internacionales para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas ha dicho: “Es nuestro deber garantizar que esos derechos se hagan efectivos en la realidad - que sean conocidos, comprendidos y disfrutados por todos, en todos los lugares del mundo. Con frecuencia, los que más necesitan que se protejan sus derechos humanos son los que también necesitan estar informados de la existencia de la Declaración - y de que existe para todos."

IDEA 2:
Josh McDowell en su libro The New Tolerance describe de una manera magistral la forma en que en los últimos años el concepto de tolerancia ha ido cambiando en nuestra sociedad. McDowell utiliza para ello dos términos. La nueva tolerancia en contraste con la tolerancia tradicional.
Tolerancia Tradicional:
El diccionario describe la palabra tolerancia como “respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”. La idea que transmite esta definición es la necesidad de expresar respeto y buscar la protección de los legítimos derechos de otras personas. Incluso, con los de aquellos con los que no estamos de acuerdo.
Podemos creer que determinadas religiones son falsas y están equivocadas, no están en posesión de la verdad. Sin embargo, podemos defender el derecho de todo ser humano a la libertad religiosa, a creer conforme a su conciencia, demás, sostener este derecho para aquellos que creen de manera diferente a como nosotros creemos o concebimos la fe.
Nueva Tolerancia:
La nueva tolerancia es la hija predilecta del relativismo que ha traído consigo la postmodernidad. La verdad es una construcción social relativa a la comunidad en que una persona participa. Puesto que existen muchas comunidades humanas existen muchas verdades diferentes. Hay muchas percepciones diferentes e incluso contradictorias de la realidad, por tanto, ninguna de ellas puede ser verdadera en el sentido último del término.
La verdad es descrita por el lenguaje y todo lenguaje es creado y construido por los seres humanos, por lo tanto, y como conclusión lógica, toda la verdad es una construcción humana.
¿A qué conclusión lógica nos lleva todo esto? Muy sencilla, si toda verdad es creada por los seres humanos, y todos los seres humanos son iguales, entonces todas las verdades son iguales. El filósofo español Fernando Savater lo explica de la siguiente manera: “Todas las opiniones son iguales. Cada una tiene una contribución que llevar a cabo, todas deberían ser respetadas o alabadas. Esto implica que no existe una manera racional de discernir entre ellas”.
Las consecuencias de la nueva tolerancia:
Este modo de pensar traería algunas consecuencias para nuestra sociedad. Entre ellas la muerte de la verdad (para el hombre posmoderno, la verdad con mayúsculas ya no existe); la muerte de la moralidad; la muerte de la justicia; la pérdida de las convicciones; la privatización de la experiencia religiosa y el peligro de la desaparición de los derechos humanos, entre otras.
Una de las expresiones de la nueva tolerancia es el multiculturalismo. El multiculturalismo vendría a ser a nivel social lo mismo que los diferentes estilos de vida a nivel individual. De la misma manera que en una sociedad existen muchos individuos diferentes y cada uno de ellos tiene derecho a su propio estilo de vida, también a nivel global existen muchas culturas diferentes que tienen todo el derecho a ser como son y a impedir el ser cambiadas desde el exterior. Tiene todo el sentido del mundo ¿Qué derecho tienen una cultura a juzgar la forma en que otra ha decidido organizarse? Las implicaciones de esta afirmación pueden ser más peligrosas de lo que a primera vista uno puede suponer. De hecho, muchos países no occidentales están cuestionando cada vez con más seriedad el concepto de los derechos humanos por considerarlo una construcción cultural occidental ajena a las tradiciones culturales propias. El mundo occidental continúa insistiendo en que la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha de ser un absoluto ético y moral para todo el planeta. Pero si hemos de ser sinceros dicha afirmación carece de cualquier tipo de fundamento lógico a luz de la nueva tolerancia.

IDEA 3:
El Centro para la Bioética y la Dignidad Humana, publico un comentario el 29 de agosto de 2003, con el titulo; “Humanos reconstruidos: Los nuevos utópicos versus un futuro verdaderamente humano” por C. Ben Mitchell y John F. Kilner. En el comentario se nos alerta sobre una nueva corriente de pensamiento o nueva utopía. Esta vez son los nuevos tecnoutópicos, en realidad: tranhumanistas. Según la Asociación Transhumanista Mundial: “El transhumanismo (como sugiere el término) es una especie de humanismo con ‘algo más’. Los transhumanistas creen que ellos pueden mejorarse socialmente, físicamente y mentalmente haciendo uso de la razón, la ciencia y la tecnología. Además, el respeto por los derechos del individuo y una creencia en el poder del ingenio humano son elementos importantes del transhumanismo. Los transhumanistas también repudian la creencia en la existencia de poderes sobrenaturales que nos guían. Estas cosas, en conjunto, representan el corazón de su filosofía. “El enfoque crítico y racional que apoyan los transhumanistas está al servicio del deseo de mejorar la humanidad y el género humano en todas sus facetas”.

CONCLUSIÓN:
Tres ideas sobre el destino de la dignidad humana hemos puesto sobre el tapete. Podríamos hablar de más ideas, pero para nuestra conclusión, con estas tres es suficiente:
1. Declaración Universal de Derechos Humanos. Loamos a todas las personas que en cualquier latitud del mundo, han consagrado su vida a esta noble tarea: “defender los derechos de los demás”. Solo añadiríamos a esta noble idea algo más: “La Declaración Universal de los Deberes Humanos”. Cada ser humano “debe” reconocer que no está en este mundo por un capricho de la materia, sino que forma parte de un maravilloso proyecto divino. El hombre debe reconocer que está aquí por un acto creacionista de Dios. “Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad”. (Jn 1.3-4). Partiendo de este hecho, el hombre tiene dos deberes supremos: Primero hacia Dios su creador: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” (Mt 22.37). Este es el primer y más importante de los “deberes humanos”. El Segundo es semejante a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” El hombre que desconozca esto, esta sencillamente caminando a la destrucción, pues en Dios está la vida y la luz de la humanidad. Cualquier pensamiento o buen proyecto que deje fuera a DIOS, esta condenado al fracaso, esta condenado a MORIR, esta condenado a dejar de ser LUZ a la humanidad.
2. Cada cultura tiene su propia verdad. El modo de pensamiento más caótico que hemos escuchado jamás, es este en que se deleita el hombre postmoderno. Si una cultura llama buena la idea de matar niños, que nadie se meta, esa es la verdad de ellos. Si una cultura llama buena la idea de casarse hombres con hombres y mujeres con mujeres, que nadie se meta, esa es la verdad de ellos. Si una cultura decide someter a las mujeres a trabajos forzosos, que nadie se meta, esa es la verdad de ellos… Si aceptamos a Dios como creador del ser humano, entonces estamos dando por hecho que la verdad de Dios es absoluta, no una verdad más. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). No hay dos caminos, no hay dos verdades, no hay otra manera de vivir correctamente en esta tierra, sino reconocemos a Dios como la fuente. Conocer esta verdad y vivir conforme a esta verdad, será la única manera de que los hombres sean libres y vivan en dignidad. “conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32)
3. Hacer un hombre nuevo por medio de la ciencia, la razón y la tecnología. Pensar que los seres humanos puedan vivir en dignidad y en armonía producto de una nueva raza creada a partir del desarrollo alcanzado por la ciencia y la tecnología, está destinada al fracaso, por el solo hecho de dejar fuera del proyecto a Dios. Todas las utopías humanas tienen el sueño de crear un hombre nuevo. Muchos son los seres humanos que han dado su vida y recursos por llegar a edificar esa soñada sociedad donde habite “el nuevo hombre”, en un ambiente de justicia, paz, y armonía. Hasta el momento todas estas utopías han fracasado y al parecer nadie se ha dado cuenta que el fracaso siempre ha estado en el hecho que todas ellas dejan fuera a Dios. Ningún proyecto de mejora humana, de hombre nuevo, que no tenga en cuenta “al creador del ser humano”, tendrá éxito sobre esta tierra. La humanidad comenzará a respetar los derechos de los demás, cuando reconozca la Paternidad de Dios y trate a los demás humanos como hermanos:

“Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios”. (1 Jn 5.1)
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios”. (Jn 1.12-13).
“Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. (1 Jn 5.4).
“Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios”. (1 Jn 3.9)

Jesucristo es la única solución para el problema humano. Ese es el ministerio que Dios nos ha dado. ¡Cumplámoslo! “Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación”. (2 Co 5.18-19).
¡Reconciliemos a los cubanos con Dios!, ¡No dejemos de orar por Cuba!

José Enrique Pérez
Día 263, año de oración por Cuba

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